Antes
de comenzar es necesario hacer una breve explicación sobre el MerKaBa, ya que
para realizar esta meditación es preciso conocer su significado. De forma
explícita y en síntesis, podemos decir que MerKaBa es el Vehículo por el cual
se expresa el Espíritu en sus infinitas posibilidades. En hebreo significa
tanto el Trono de Dios como el Carro o Vehículo que lleva el Cuerpo Humano y el
Espíritu de un lugar a otro.
Tal
y como lo explica Drúvalo Melkizedec, en egipcio, la palabra Mer-Ka-Ba, es
realmente una composición de 3 palabras: Mer para referirnos a una “clase
especial de Luz” que genera un campo contrarrotatorio; Ka que significa “Espíritu”
y Ba que significa “la interpretación de la realidad”, es decir el Cuerpo
Humano manifestando el Espíritu, la personificación de las fuerzas vitales de
la Entidad, el proceso que se va a vivir en esta meditación. Por tanto, en
resumen, podemos definir Mer-Ka-Ba como un Campo contrarrotatorio de Luz que
interactúa y traslada el Espíritu y el Cuerpo desde un mundo hasta otro, aunque
sabemos que es mucho más todo lo que queda por descubrir sobre este vehículo de
Luz. El Mer-Ka-Ba se extiende a todas las dimensiones posibles y en cada
dimensión usa las leyes de esa dimensión para manifestarse.
En
este séptimo encuentro vamos a realizar una síntesis arquetípica de todas
aquellas fuerzas, que hemos ido experimentando hasta ahora. En esta vinculación
quántica, vamos a poder vivir algo que puede parecernos un hecho
“espectacular”, pero no es así, es algo tan propio de las Entidades Celestes, que
al vivirlas en la Tierra, nos va a parecer extrañas, fenoménicas o incluso
extraordinarias. Debemos dejar esas fases emocionales para otro momento, sin
poner expectativa, pero si poniendo fe.
Como
es lógico, esta frecuencia vibracional, estará en resonancia absoluta con el
Espíritu receptor en toda generación del Principio Único. En caso contrario no
existiría la forma de encajar ambos aspectos del Ser. Cada individuo en su
frecuencia quántica, marca la posibilidad de una doble, triple, o múltiple
encarnación en el mismo espacio-tiempo, gracias a lo cual, va a poder
dictaminar la tipología MerKaBa que su Espíritu va a expresar. No siempre estas
opciones evolutivas se dan, pero si es frecuente que sean experimentadas por
las Mónadas encarnadas, así como por entidades Avatares, Deidades Arquetípicas y
otras fuerzas espirituales de calibre similar. Esto se debe a que la potencialidad
de su personalidad (Ba) es tan poderosa que puede permitirse expresarse de
múltiples modos a un tiempo. Resolviendo de ese modo, aquello que vino a
resolver, tejiendo un paradigma claro, en el que cada una de las fracciones, es
un motor que funciona en simultaneidad con todos sus elementos formando un
Todo.
El
Ba, como se puede ver, no es una forma, ni un característica, ni siquiera una
parte de nada. Es más bien una Fuerza Espiritual con identidad propia y con su
propia forma de expresarse dentro de un contexto dado. El Ba se desvela al Ser,
cuando en su proceso evolutivo la Entidad alcanza a encarnar la divinidad que
abandonó, sólo entonces el Ser integra su Ba y se completa para no volver jamás
a alejarse de quien fue.
(pequeña pausa)
Comenzamos…
Respiro
profundamente, lenta y sincrónicamente. Relajo el cuerpo y concentro toda mi
atención en la respiración. Siento la sístole y la diástole, dentro – fuera,
dentro – fuera, dentro-fuera. Inspiro… e inspirando… me inspiro. El aire
penetra en todas mis células, las regenera, las nutre. Sigo respirando… siento
como concentro toda mi energía en la sede de mi alma y ahí en ese espacio
vital, abrazo todo lo que fui, soy y seré. Lentamente exhalo y exhalando siento
en profundidad la Vida de todo lo creado. Me siento vivo en este AHORA eterno.
Siento
mi Espíritu latiendo en mi interior, con la voluntad de continuar encarnando tal
cual es. Le ofrezco nuestro vehículo, nuestro MerKaBa, la geometría se hace
palpable a mi interior, mi Cuerpo de Luz se expande, el MerKaBa soy yo. Siento como
la vibración de todo mi Ser se eleva, percibo a la perfección mi Luz Interior. Continúo
lenta y profundamente respirando. Mi Luz está viva, palpita, crece, se asienta,
se establece… me siento profundamente agradecido por vivir con consciencia este
proceso, viendo la Vida de la realidad en la que emerge mi Espíritu.
Permanezco
respirando y sintiendo mientras mi Cuerpo de Luz sigue palpitando, elevándose,
consciente de su Cielo... El Cielo está en la Tierra… Lo sé, lo siento…Viajo en
mi MerKaBa, puedo ser y estar donde quiero.
(pausa)
Me
encuentro concentrado y atento en mi Luz interior. Es tan presente, auténtica y
amorosa que decido disfrutar de este instante de por vida. La abrazo y
abrazándola siento como por vez primera trasciendo la dualidad. Somos Uno, no
hay separación. Puedo amar quien soy, sentirme enamorado de mí Ser. Soy, somos
y seré…
El
Camino sempiterno muere en mí para nacer un espacio en el que el rumbo, el
destino y la meta han desaparecido, pues ahora la prioridad no es llegar a
ninguna parte, sino saber que ya he llegado y que ahí, en ese espacio sagrado,
está Todo. No hay más separación. No hay dualidad, ni división. Todo es Uno.
Respiro
mi nuevo estado de amor. Mi nueva cualidad de Ser Yo. Respiro Todo lo que
Existe y amparado en ese estado, comienzo a conocerme de nuevo mucho más
profundamente. Las adversidades son ajenas a mí Ser. Aquí no hay miedo, no hay
dificultad, no hay límite, no hay nada que me reste poder personal.
Permanezco
y siento como en unión y presencia vivo este ahora eterno…
Aquí
consciente de mi cuerpo, de mi alma, de mi espíritu, de todo mi Ser, Soy.
(pausa)
Anclado
en mi vehículo MerKaBa puedo moverme a través del espacio, el tiempo, las dimensiones
y planos, siempre accediendo desde lo más elevado y conteniendo las leyes que
operan en cada dimensión y grado. Sólo desde esa resonancia voy a poder
recorrer mi Multidimensionalidad. Aquí es cuando el propio Universo, como
Entidad se conecta a mi Ser, y unidos siendo Uno, vamos a poder Ser allí donde
nuestra presencia sea requerida.
Permanezco
y siento como el Universo se acerca… su presencia es inmensa… su Luz
insondable, su Amor interminable… respiro y permito que la Luz del Universo me
embargue.
(pequeña
pausa)
Siento
como el Universo me envuelve y en sus brazos, siendo Uno, puedo sentirme Todo
lo que Existe. Es un estado de Comunión tan auténtico y profundo, que solamente
ahí sé que estoy con Dios. Una música nos acompaña. Suaves notas están
surgiendo de cada uno de los instrumentos que cada Ser Humano despierto está
tocando. La composición es infinita.
(espacio
para la música)
Habla
por sí misma de todas las experiencias que de por vidas la Raza Humana vivió en
sus días de gloria y desdicha. Para que algunos aprendieran de otras razas. Para
que muchos aprendiéramos de otras formas de Amor. Para que unos cuantos
aprendieran a respetar la enfermedad y el dolor. Para que otros tantos más
supieran que el Arte es un Don muy especial. Para que muchos comenzaran a creer
en algo más. Para que los insurrectos dejaran de creerse poseedores de la
verdad, abandonaran la soberbia y conocieran la humildad…
La
raza humana se creó para todos, para que siempre en algún lugar, existiera un
Ser Humano que en sus manos hallara la Verdad, sería entonces cuando el
UNIVERSO se aliaría con ellos y acompañándolos desde todos los planos, conseguirían
conquistar aquello en lo que creían desde su más íntima verdad.
Permanezco
y siento anclado en mi MerKaBa como cada Ser Humano que ha alcanzado resonar
con la verdad del Universo, estamos unidos formando un gran círculo,
permitiendo que nuestra experiencia y nuestro dolor, se eleve en una única
canción.
Escuchamos
esas notas y ahí cantamos con la voz de nuestras almas, al unísono, la partitura
de la Raza Humana.
Así
dice la canción de las Almas:
Sentí
la tierra, sentí la semilla que se ocultaba en ella, sentí al agua humedecer
aquella belleza, sentí al aire susurrarle al fuego, que se brindara y elevara
sus llamas, para que todos las viéramos. Sentí… y sintiendo esperé… esperé el
momento.
Esperé,
cerciorándome de que lo verosímil, era lo único que me iba a hacer creer. ¿Y eso que es? – me pregunté.
Pues verosímil es, aquello que de la tierra crece, para con sus raíces
florecer, tras que el aire nutra las hojas, y viren a tostadas antes de caer.
Verosímil es, acariciar las hojas con
gotas del manantial del saber, observar como el tronco que las sustenta,
adquiere irisados tonos, cada vez que puede verlas crecer. Verosímil es, la
opacidad más alta y la claridad más baja. La infinitud de tu Alma y la partícula
más oblicua, de todo tu Ser. Verosímil
es, el néctar que se derrama, fluyendo por ese tronco intacto, fulminado por el
tiempo, anclado en el espacio, y sólo encontrado por los más diestros y alados.
Verosímil es, caminar paso tras paso en pos de tu serenidad. Caminar pisando
con certeza piedras, pozos y cordilleras, sin querer dejar de caminar.
Cuando
el Árbol de la vida encuentre, lo abrazaré. Será para mí para siempre. No me
alejaré. Recordaré que eso ya lo hice, y no me olvidaré de cuánto me costó
volver.
De
verdes hojas el Árbol se llenará. La suave brisa las mecerá. Un dulce manantial
de agua, nutrirá sus raíces, mientras de la tierra surgirá, el más bello e
intenso fuego que nunca nadie conseguirá apagar. Ese mismo día el éter me
envolverá. Me arropará con todas sus fuerzas, con todo el Amor que es capaz de
brindar. Sólo entonces sabré que en mí yace la divinidad. La fuerza del
Espíritu de la Unidad. Ahí será cuando El Portal de Dios se abrirá para siempre
en mi Corazón, para no cerrarse jamás. En ese sagrado lugar, acogeré a todo mí
Ser. Lo meceré. Lo respiraré. Juntos en esa comunión, seremos los Únicos.
(pausa)
Una
Nueva Orden se ha creado. La Raza Humana se está transformando en una única
Raza. Los aquí presentes nos hemos entregado al Servicio Planetario. Hemos
establecido un compromiso Mundial, para que un Nuevo Paradigma sea el que
conquiste el Corazón de Gaia, a través del Amor por este Planeta que es nuestra
Casa. Podemos sentir a la Madre Naturaleza como nuestra Madre Primordial. Podemos
sentir al Espíritu Celestial como nuestro Padre Universal. Podemos sentir a
toda la Humanidad como nuestros Hermanos. La Verdad nos conecta con el Plan
Global de Evolución. No existe dualidad, solamente unidad. Todos somos Uno con
Dios.
En
esa cohesión siento haber alcanzo el Portal de Dios. Penetro en él. Cruzo el
umbral. Siento que es el momento de que me sea entregado mi Don, ese que
desconozco y que fragüé gracias a mis pretéritas experiencias, a todo por lo
que luché y a todo lo que amé. Mientras yo separado de mí vivía en un Cuerpo
Humano, Dios creaba para mí el tesoro de lo labrado. Doy con un hermoso Árbol.
Es el Árbol de la Vida. Tiene frutos para cada uno de nosotros. Me siento en su
pie, coloco la espalda contra el tronco. Respiro y haciéndolo sé que este es mi
nuevo árbol. Él conserva mi genealogía. Este es el Árbol de mi Familia
Original. De mi Familia Espiritual. Sólo ellos saben todo de mí y de mi Don.
Me
levanto para recoger el fruto. Una preciosa Flor llama mi atención, la acaricio
y al hacerlo me muestra qué es lo que mi experiencia gestó. La siento. Siento y
recuerdo. Comprendo. Ese Soy Yo. Ahora sé lo que tengo que hacer. La Flor de la
Vida que en su día creé, contiene todo lo que de mí gesté. Es el momento de
recoger ese Don y ponerlo al Servicio de Todos, siendo hoy y siempre Yo.
Permanezco
y siento el flujo de mi Don, como me es entregado por la Flor, diagramas de Luz
me invaden, penetrando en todas mis células. Mi MerKaBa se expande mostrando su
Luz a quien la pueda ver. Respiro y expando mi Luz por doquier.
(pausa)
Y aquí
nos encontramos, amparados hoy y siempre por el Gran Manantial, donde viven
desde antaño los primeros en llegar. Son los 22 Arcanos, los más incognoscibles
y ancianos, los que de algún modo y a su manera nos quisieron siempre ayudar.
El Amor más infinito, en sus Grandes Corazones lograron llevar, hasta el final
de los días, esos en el que cada cual, consigue acceder a la Mesa, donde ellos
nos esperaran.
Agradezco
todo lo que soy, todo lo que hago, todo lo que tengo, el Ser Humano, agradezco,
agradezco y agradezco…
Permanezco
agradeciendo y sabiendo que formo parte de este inmenso y amoroso Universo, así
agradeciendo voy recuperando la consciencia de esta dimensión.
Poco
a poco, regreso del plano de conciencia en el que me encuentro, trayendo
conmigo Todo lo que Soy. Así me anclo a Gaia y vibro con ella al unísono.
Siento
como ambos nos nutrimos de un Todo superior y ahí permanezco y siento… siento…
siento… mientras poco a poco regreso a esta dimensión…