En esta ocasión, nos emplazamos en una serie de Encuentros, cuya finalidad es clara: CONOCER AL VERDADERO HIJO DE DIOS. Pero… ¿Quién es El Hijo de Dios?
El Hijo de Dios es
UNO, indivisible e indisoluble, es el Único, es el TODO como expresión de Dios
Padre-Madre. El Hijo de Dios es la expresión más elevada como Absoluto. Más
allá del Hijo, sólo está Dios Omnipresente, y Omniabarcable, la Infinitud de
Padre y la Eternidad de Madre.
Por otra parte, el
Ser Cósmico, es la Entidad unida al Espíritu del Hijo de Dios. Es la Entidad
entregada a la Vida del Espíritu del Hijo de Dios. Es el Espíritu tomando forma
en la Vida Multidimensional, con Conciencia Universal que ha ingresado en el
Absoluto y que ha brindado su Ser al Plan Cósmico, en cuanto a Ritmo,
Correspondencia, Vibración, Género, Polaridad, Mente y Causa-Efecto. Las Leyes
Universales y Él, se corresponden.
Como vivos
representantes del Cielo en la Tierra, vamos a poder descubrir, así mismo,
quién es el Ser Cósmico, es decir, quienes somos, una vez hemos alcanzado la
Conciencia Multidimensional.
Para ello, es
necesario ser conscientes de la configuración cuántica del Ser Cósmico, por
tanto es imprescindible conocer como está tramada dicha configuración y en que
consiste cada uno de sus Centros Vitales, por los que fluye y se manifiesta la
expresión del Hijo de Dios.
En primer lugar, definamos,
qué es un Centro Vital o Centro de Poder. Los Centros de Poder, se pueden
definir como vórtices lumínicos, por los que fluye y se materializa el flujo de
materia consciente que nutre y alimenta al Todo del Cuerpo de Luz del Hijo de
Dios. No se pueden confundir con los chakras, tal y como eran entendidos hasta
ahora, pues los Centros Vitales van mucho más allá de los chakras necesarios en
los anteriores procesos evolutivos del hombre. Para alcanzar los Centros de
Poder, el Humano tiene que haber trascendido y unificado los 7 chakras de su
Cuerpo Etérico y haber despertado al Ser Cósmico, quien lo dotará de un amplio
campo de probabilidades para que tome decisiones oportunas sobre su siguiente
proceso de Vida.
Antes
de introducirnos de lleno en la configuración cuántica del Ser Cósmico, es
necesario ser Seres Despiertos. Si no se es un Ser Despierto, es decir, que ya
ha finalizado su primer proceso de autoconsciencia, no puede continuar con los
procesos de configuración del Ser Cósmico, pero si puede ser conscientes de
ellos. Cada individualidad, en su momento y a su ritmo, penetrará en los
procesos ascendentes evolutivos, que el propio Cosmos va marcando.
La
Meditación de El Ser Despierto que vamos a realizar, nos portará a ese estado
interior de consciencia, desde el que seremos capaces de visualizarnos a
nosotros mismos ante un nuevo prisma, de tal calibre y belleza, que casi no seremos
capaces de reconocernos, aunque tendremos la certeza de que somos nosotros y
todo nuestro éxito experiencial.
Así
que sin más preámbulos, adentrémonos en los abismos cósmicos y descubramos todo
aquello que Dios creó para nosotros. Sintamos el inmenso Amor que somos capaces
de emanar y dejemos que Todo sienta la grandeza de nuestro Gran Corazón.
Comenzamos…
Estoy
en silencio…
Sólo
soy capaz de escuchar un leve latido…
Presto
atención…
El
latido me envuelve…
Lo
hace con tanta fuerza que acabo sintiendo que soy el propio latido. Mi corazón
bombea con fuerza, es un ritmo inagotable de riqueza…
Es
pura vida… deseando expresar la Verdad de la Vida…
Siento
como múltiples Corazones se unen al mío y como todos formamos una onda
expansiva de vida, amor y consciencia.
El
UNO fluye en nosotros y nosotros fluimos en el UNO.
Entre
el ritmo del poderoso latido del UNO, recupero mi consciencia como individuo…
Permanezco
y siento…
(pausa)
Estoy
en un lugar indeterminado. No soy quien creí ser. Busco a mi alrededor y nada.
Sólo Yo conmigo mismo y el abismo de la Nada. Por un instante creo asustarme.
Entonces me doy cuenta de que es un mero recuerdo. Mi mente recupera por una
milésima de segundo, el instinto de tener miedo, pero tal y como el sentimiento
viene, se esfuma.
No
temo. Este es mi lema. Vivo y no temo…
Afirmo
esto y tal y como lo hago un poderoso halo me envuelve. Siento como si hubiera
salido de la Nada. El halo fluctúa al unísono que lo hace la brisa cósmica, de
este lugar desconocido.
Siento que soy Etérico, pero cuando pienso
esto, de repente, siento mi cuerpo. Es el mismo que tengo en la tercera
dimensión, pero puedo sentirlo saludable. Vibra, está lleno de Luz. Cada una de
mis células juegan a brillar. Lo hacen emitiendo una música celestial. Me
detengo…
Quiero
escuchar la música que emanan mis células.
Permanezco
y siento…
(pausa)
Estoy
abstraído por la música. Mi corazón está espléndido. El latido me continua
envolviendo. De repente, alguien me susurra algo al oído. Lo he escuchado a la
perfección. Advierto que esa voz me es conocida. Es como si fuera Yo. Sonrío.
Por vez primera puedo escuchar sin barreras mi voz interior. Siento una dicha
tan grande que no soy capaz de describirla.
La
voz me dice:
- - Obsérvate – me susurra, indicándome un
lugar en el que me desenvuelvo de una forma muy diferente - ¿Qué ves..? – me
pregunta como si yo fuese capaz de definir a ese extraño Ser.
Balbuceo.
Observo con detenimiento mi yo egoico. Sonrío. Recuerdo algo: No temo. Yo Amo.
Yo Vivo. Yo Expreso. Lo sigo observando. Contemplo todos sus miedos. Todas sus
precariedades. Todas sus vidas alejado de quien es. Advierto sus penas, sus
lamentaciones, sus quejas, su enfermedad. Me doy cuenta de que soy capaz de
visualizar todas sus vidas al mismo tiempo. Todas ocurriendo a la vez. Todas
entrelazadas entre sí, por poderosas alianzas, promesas, deseos insatisfechos y
un largo sinfín de vacíos.
Mi
Corazón continúa latiendo sin desbordar el ritmo. Me siento anclado en mi
poderoso latido, en ese Yo que existe y no teme. Pese a ser consciente de tanto
dolor, puedo sentir todo mi Amor fluyendo hacia Todo lo que fui. No existe
sensación de castigo, de culpa, de servilismo ni de nada que pudiera provocarme
volver a nacer, cercano a ese Ser que tanto y tanto temió.
Es
entonces cuando busco a la voz interior que me ha interrogado y le contesto:
- - Veo todo lo que quise ser. Veo al que fui.
Veo al alumno que aprendió a vivir a su modo. Veo al que sobrevivió a todo lo
que le ocurrió. Veo al luchador. Veo al vital. Veo al que siempre quiso ser
amado y quiso saber amar. Veo a quien descubrió el motivo de vivir. Veo a quien
acarreó con el desastre, la desesperanza, el dolor, la falta de fe y amor. Veo
al héroe. Veo al buscador. Veo al que hizo todo lo que pudo por ser feliz. Veo
al que lo encontró.
Me
veo a mí… - le confirmo, consecuente de mis palabras y mi sentir -.
La
voz interior no responde, no dice nada, parece que está esperando a que Yo
actúe.
Permanezco
y siento…
(pausa)
Ahora
sé lo que tengo que hacer… Pese a que bajo mis pies parece hallarse la Nada, sé
que puedo caminar y dirigirme a aquel que fui. Camino sobre la línea de tiempo,
hasta colocarme ante mí. Puedo verme a la perfección. Estoy observando a ese Yo
del pasado. Vibro de Amor ante mi experiencia. Conforme le traslado todo el
Amor que siento, mi Yo del pasado comienza a despertarse. Es preciso que sea
consciente de todo lo que labró.
Así que insisto en mostrarle todo mi amor… para ello le susurro al oído:
Así que insisto en mostrarle todo mi amor… para ello le susurro al oído:
- - Bienvenido!!! Gracias, gracias por todo…
Quiero que sepas que te estoy sinceramente agradecido, por todo lo que hemos
alcanzado a amar a lo largo del tiempo. Pero ahora es momento de despertar a
una nueva realidad. Vamos… Despierta… - insisto.
Abrazo
a mi Yo del pasado. Siento como el flujo de mis sentimientos, alcanza todos mis
yoes de la línea de tiempo en la que experimenté. Todos y cada uno de ellos, se
nutren de la fuerza que en este presente vibra en mí.
Mi
Yo del pasado, abre los ojos. Parece que le cuesta un poco. Todo es nuevo en
esta dimensión. Desconoce qué hace aquí. Quien Soy. Quien Es. Abro la sede de
mi Gran Alma y le pido que observe todo lo que creó. Le muestro la grandeza de
quien Hoy somos.
Conforme
se hace consciente de sí, sus células se iluminan y al hacerlo los códigos del
ADN viran a un estado superior. Soy testigo de cómo nuevos códigos abren sus
celdas al novedoso estado de vibración, adaptándose al nuevo ritmo, provocando
que se aceleren mis atributos adormecidos, permitiéndole a la percepción
transpersonal, a la clarividencia y a la intuición estar más presentes. Siento
cómo mi mente descubre puertas ocultas a su mirada. Siento cómo los efectos y
las causas, se tornan prismas que soy capaz de llenar y no volver a vaciar.
Siento como se filtra el cero que focaliza el neutro de mi polaridad. Siento cómo
Todo lo que existe en mi Cielo se corresponde con este Ahora de eternidad. Sé que
Soy Uno, sé que Soy Ella y que Soy Él. Sé que no existen más obstáculos que
vencer, sino una vida nueva en la que entregarse al descubrimiento de quien uno
es, sabiéndose despierto.
Mi
Yo del pasado sonríe y con ese sentimiento que ahora nos une, me dice:
- - Soy tú combustible. Soy la fuerza que te
impulsa a que este Ahora sea el Hogar donde la eternidad puede descubrirse.
Tal
y como dice esto, se coloca tras de mí y nos fundimos Corazón con Corazón.
Ahora mi Ser tiene todo el combustible que precisa en su nueva vida.
Permanezco
y siento…
(pausa)
De
nuevo siento que puedo caminar sobre la línea de tiempo, pero esta vez en
dirección al futuro. Voy a encontrarme con mi Yo en esa probabilidad de futuro
que vibra, esperando verme llegar. Me siento dichoso. Siento la fuerza del
combustible que mi pasado derrama en mí. Camino hasta que creo haber llegado al
lugar donde me espera mi Yo del futuro. Me coloco frente a él. Sonríe. Me
transmite su dicha. Nos abrazamos. Siento como me conecto con todo aquello que
vine a alcanzar, tras que consuma la línea de tiempo por la que no dejo de
caminar.
Tras esta poderosa conexión, mi Yo del futuro me mira poderosamente, y me dice:
- - Yo Soy Tú, y Tú eres Yo. Somos aquello que
vinimos a Ser y para ello, tengo algo que tienes que conocer.
De
repente, mi Yo del futuro se torna energía que crea un vórtice lumínico,
provocando que la sede del Alma se acelere. De ese vórtice aparece un Espíritu.
Se trata de mi Tótem. Se trata del Animal de Poder que me acompaña siempre,
aunque Yo no lo pueda ver.
Mi
Yo del futuro, me ha mostrado esa fuerza que llevo conmigo. El animal y Yo nos
miramos fijamente. Sus ojos son mis ojos y tal y como nos observamos, nos
fundimos en un Todo. Siento profundamente la fuerza de mi Tótem. Él es ahora mi
motor.
Siento
un agradecimiento inmenso. Siento que ahora tengo combustible y tengo motor.
Acompañado
de mi Tótem… permanezco y siento…
(pausa)
De
repente algo me dice que AHORA es posible caminar sobre la línea de tiempo de
otro modo. Siento que camino sobre ella trazando intensos símbolos de infinito,
y que cada uno de esos símbolos me conecta con un plano superior de conciencia.
En mi camino ya no hay más rotondas insalvables. En mi camino sólo aparecen
elecciones que tomar. Yo elijo mi destino. Yo elijo cómo y hacia donde caminar.
Yo
Soy quien escribo. Soy quien en los ritmos de la eternidad, vibra en este AHORA
por siempre jamás.
Permanezco
y siento la Verdad…
(pausa)
Mi
Yo Eterno se ha fusionado con mi Yo del pasado y con mi Yo del futuro. La línea
de tiempo se ha difuminado, convirtiéndose en un infinito que me sostiene en
eterno, mostrándome cómo caminar de otro modo.
El
AHORA es mi reino, mi Hogar de expresión, mi espacio de creación, mi vanguardia
y la fuerza de mi voluntad. Mi Tótem me entrega toda la fuerza que preciso en
este AHORA que se crea a cada elección consciente que mi Alma hace, ante todo
aquello que la vida pone a mi alcance. No tengo dudas, no tengo miedo, no tengo
más que un gran Fuego preparado para vivir HOY AQUÍ.
Permanezco
y siento…
(pausa)
Con
la inmensa gratitud que me aporta este Despertar, regreso del plano de
conciencia en el que me encuentro, trayendo conmigo Todo lo que Soy. Así me
anclo a Gaia y vibro con ella al unísono.
Siento
como ambos nos nutrimos de un Todo superior y ahí permanezco y siento… siento…
siento… mientras poco a poco regreso a esta dimensión…